lunes, 28 de diciembre de 2009

Alimentación en el post parto

Luego de nacido el bebé, la madre debe alimentarse adecuadamente. Una mamá bien alimentada produce la misma cantidad y calidad de leche que aquella que no lo está, sin embargo, el peligro para la madre que adolece de una buena nutrición está en que sacrifica sus reservas (por ejemplo, de minerales como el calcio) para que pueda producirse el suficiente alimento para su bebé.

Con la leche materna, la mamá le ofrece al recién nacido un alimento completo que cubrirá todas sus necesidades nutricionales. Es por ello que las necesidades nutricionales de la madre aumentan como consecuencia del esfuerzo metabólico que supone la lactancia. Durante varios meses, gran parte de los nutrientes ingeridos por la madre estarán destinados a la producción de leche.

La alimentación de la madre durante la lactancia debe ser variada y rica en energía, lípidos, proteínas y vitaminas con el fin de cubrir de forma óptima sus necesidades y las del lactante.

• Proteínas: aumentar la cantidad de proteínas sobre todo en los primeros seis meses aumentando el consumo de lácteos, carne, pescado y legumbres.
• Vitaminas: se recomienda tomar lácteos, ricos en vitaminas A y D, frutas y verduras, ricas en vitaminas A y C, carnes, cereales y legumbres, ricos en vitaminas B.
• Minerales: cuidar el aporte de calcio y fósforo, necesarios para mantener la estructura ósea y para el crecimiento del lactante. Alimentos ricos en estos minerales son la leche y derivados, pescados, frutos secos, legumbres y cereales. En cuanto al hierro, consumir alimentos ricos en este mineral como hígado, carnes y espinacas, esto ayudará a recuperar los depósitos de hierro del organismo perdidos durante la gestación y por las hemorragias del parto.
• El yodo es otro mineral muy importante para evitar posibles problemas de enanismo y cretinismo en el bebé. Lo podemos encontrar en pescados y mariscos, sal yodada, productos lácteos, frutas y verduras.
• Grasas: La grasa de la dieta influye en el tipo y cantidad de grasa de la leche que recibe el bebé. No se necesite ningún aporte suplementario sobre las grasas aportadas por una dieta sana y equilibrada, sin embargo, se aconseja que se tomen alimentos ricos en ácidos grasos esenciales y ácidos grasos omega-3 como frutos secos, pescados y leches enriquecidas en omega-3, así como usar aceite de oliva.
• Hidratos de carbono: es preferible que sean hidratos de carbono de absorción lenta presentes en el pan integral, pastas, legumbres, patatas y arroz.
• Agua: consumir abundante agua y líquidos procurando que no sean menos de 1,5 litros al día.

La musicoterapia en el embarazo

La madre experimenta muchos cambios durante el embarazo, no sólo físicos sino también emocionales, que se traducen en malestar, inseguridad, miedos y hasta frustración. Estas emociones sin querer las transmite a su bebé, quien inevitablemente asimilará el estado emocional de su madre.

Está demostrada la capacidad del bebé en el vientre materno para percibir lo que ocurre en el “mundo exterior”’, para sentir, soñar, aprender a distinguir la voz de su madre, el latido de su corazón, incluso para memorizar canciones y recordarlas luego del nacimiento. Estos y muchos otros estímulos serán determinantes a lo largo de su vida, por ello la importancia de garantizarle un ambiente emocionalmente cálido y saludable.

La musicoterapia puede ayudar a la futura mamá a superar las sensaciones de angustia o depresiones generadas durante el embarazo y asumir los cambios con total serenidad. Es una herramienta fundamental para trabajar con el bebé durante su gestación, creando un canal de comunicación entre ambos para fortalecer y nutrir el vínculo afectivo.

Se puede llevar a cabo de manera individual, en grupo, o en pareja. El musicoterapeuta es la persona encargada que orientar a la mamá, para que entre otras cosas pueda disfrutar plenamente de su embarazo, participando, escuchando, y expresando las sensaciones físicas que provoca la música.

El mejor momento para empezar con la terapia es a partir del cuarto mes de gestación, etapa en la que el bebé ya tiene su aparato auditivo desarrollado. En casa, la futura mamá también puede continuar con la terapia, eligiendo una melodía serena y armoniosa, no necesariamente clásica, para escucharla con paciencia; también se pueden crear sus propias canciones de cuna para cantárselas a su bebé.

Algunos beneficios:

• Reduce las posibilidades de padecer depresión posparto.
• Disminuyen el estrés y la ansiedad, los miedos del embarazo y desbloquea las tensiones.
• Fortalece el vínculo afectivo con el bebé.
• Al nacer, el bebé reconocerá lo escuchado en el vientre. Empleando la misma música, podrán calmarse llantos continuos y afecciones físicas como el cólico.
• A través de la voz y el canto se aprenden técnicas de respiración y de relajación.
• El bebé recibe la mejor información emocional de su madre, debido a que la mamá está tranquila y se siente segura. El bebé respira mejor.
• El bebé dentro del vientre materno está tranquilo y tendrá en el futuro un mejor equilibrio emocional.

La pañalitis o dermatitis del pañal

Conocida también como escaldadura, la pañalitis es la irritación de la piel del bebé en el área que está en contacto con el pañal. Puede ser causada por varios factores, entre ellos: el calor, la humedad y la presencia de orina y heces.

Esta inflamación es un problema frecuente en los pequeños durante sus dos primeros años de vida y por lo general se presenta cuando empiezan a comer alimentos sólidos o por estar durante un tiempo prolongado con el pañal mojado o sucio, pues su piel está en contacto con la humedad además de ser atacada por elementos irritantes que se encuentran en la orina y las deposiciones.

El mejor tratamiento para combatir la pañalitis es mantener el área del pañal limpia y seca, se puede aplicar algunas cremas que se usan normalmente para el cuidado y protección del potito del bebé, previa consulta con su pediatra. Otra recomendación importante es cambiarlo cada vez que se ensucie y bañarlo con agua tibia usando un jabón neutro. No es aconsejable usar talcos pues además de resecarle la piel al bebé puede afectar su sistema respiratorio.

Si el enrojecimiento de la piel persiste durante un par de días y la zona afectada presenta ampollas, es probable que exista una infección por hongos o bacterias, en cuyo caso hay que llevarlo inmediatamente al pediatra, quien determinará el tratamiento a seguir. Evitar usar remedios caseros o cremas con corticoides que pueden empeorar la infección presentada.

Algunas recomendaciones:

• Lo mejor es cambiar el pañal sucio cuanto antes. Al colocar el pañal limpio asegúrate de que el aire pueda circular dentro. No uses plásticos herméticos ni cierres los pañales demasiado fuerte.
• Asea a tu bebé minuciosamente pero sin maltratar su piel.
• Si le pones el pañal al bebé y notas que la erupción se repite, cambia la marca del pañal.
• Asegúrate de que las toallitas o paños húmedos de bebé no tengan alcohol.

Bebé gordito ¿bebé saludable?

La obesidad es el aumento de peso que se traduce en un aumento de grasa corporal por encima de lo normal. Se establece cuando el peso real excede el 20% del peso ideal.

Quizás pienses que tu bebé está aún muy pequeño para preocuparte por este tema, sin embargo, la apetencia y el gusto se establecen en la primera etapa de la vida y si le ofreces a tu bebé alimentos en exceso tendrá muchas probabilidades de sufrir de sobrepeso en su edad adulta pues los hábitos alimenticios que le establezcas hoy los mantendrá en etapas posteriores.

Es después de los seis meses de nacido cuando se empiezan a incorporar otros alimentos, además de la leche materna, a la dieta del bebé. A partir de entonces, la mamá se preocupa que su pequeño coma cantidades importantes, le da precozmente alimentos no recomendados, o líquidos dulces entre comidas. El resultado: un aumento innecesario de energía (calorías) que se reflejará en un aumento de peso.

Si bien es cierto existe un factor genético para explicar el sobrepeso, la mayoría de las veces tiene que ver con la alimentación que tenga la madre o la persona que cuida al niño, por lo tanto, hay que educar para hacer entender que gordura no es sinónimo de salud, sino más bien de enfermedad.

La obesidad en los bebés puede causarles un retardo motor (movimiento), se retrasa el momento en que se sientan, se paran o caminan; pueden surgir problemas óseos y la capacidad respiratoria disminuye. Además, al crecer tiene muchas probabilidades de ser diabético, hipertenso y presentar problemas cardiovasculares.

Por lo tanto, el control con su pediatra es muy importante para controlar el peso y recibir un plan nutricional sano para una correcta alimentación. Recuerda siempre: calidad, no cantidad.

Algunos consejos:

• Hasta los seis meses la alimentación ideal es la leche materna exclusiva. Los bebés que toman leche materna tienen menor riesgo de desarrollar obesidad. Este efecto protector es mayor cuanto más se prolongue la lactancia.
• Evita añadir demasiados cereales a su papilla.
• Hasta el primer año, no pongas más de 30-40 g de pollo o carne en sus purés. El exceso de proteínas es un factor de riesgo para desarrollar obesidad.
• Cuando introduzcas la fruta a su dieta, intenta no sustituirla por jugos, aunque sean naturales. La fruta entera tiene fibra, el jugo no; es mucho menos calórica una naranja que un vaso de jugo de naranja; y es bueno que se acostumbre a la fruta entera.
• No le fuerces a comer. Los lactantes tienen un delicado mecanismo de regulación del apetito que les impide tomar más de lo que necesitan. Si lo obligas a comer, ese mecanismo se altera.

Importancia del pescado en la dieta del bebé

El pescado es un alimento rico en proteínas, vitaminas B, A y D y sales minerales como el calcio, fósforo y magnesio. Fundamental en la dieta del niño durante sus primeros años de vida, pues entre otros beneficios, aporta los ácidos grasos y el yodo necesarios para el desarrollo del sistema nervioso central.
A partir de los 9 meses ya se puede y se debe incorporar el pescado en la dieta del bebé. Lo recomendable es que coma pescado dos o tres veces por semana, sin embargo, si hay antecedentes familiares de alergia lo más recomendable es incluirlo en su dieta después de cumplido el año.

La mejor manera de darle el pescado al bebé es en pedacitos y pequeñas cantidades, para posteriormente ir aumentando de a pocos la porción. Se puede comenzar con una ración de 50 gramos de filete cocido al vapor, hervido o asado hasta que cumpla los doce meses. A partir del año, se puede incrementar la ración a 100 gramos tres veces por semana.

No hay que perder de vista que las cantidades que se mencionan son aproximaciones, pues el aporte de pescado en la dieta del bebé debe ajustarse a su edad, peso y necesidades energéticas.

Los pediatras recomiendan que hasta el segundo año de vida del bebé solo coma pescado blanco como la merluza o el lenguado, pues además de ser menos grasos y de fácil digestión, su sabor es más suave. Después de los dos años de edad ya se puede incorporar a su dieta el pescado azul como la caballa o el atún, ricos en ácidos grasos omega-3, que ayudan a controlar la presión arterial y mejoran las funciones cardíacas.

Debido a su textura suave es fácil de masticar, sin embargo, el bebé puede rechazarlo por su sabor, en cuyo caso, hay que ofrecérselo de vez en cuando hasta que se acostumbre a su sabor y acabe aceptándolo como un alimento más de su dieta. No hay que perder de vista que los hábitos alimentarios saludables hay que adquirirlos desde pequeños.

Algunas recomendaciones:

• Sé muy cuidadosa con las espinas, pues si tu pequeño alguna vez se encuentra con una lo más probable es que rechace el pescado y no quiera volver a recibirlo.
• Sírvele es pescado en un plato a parte, es decir, si le vas a dar su puré de verduras hazlo primero y luego el pescado, de tal manera que pueda explorar y descubrir los sabores por separado, además te corres el riesgo que “la mezcla” no sea de su agrado.
• Si preparas el pescado al vapor, añade al agua una hoja de laurel o un poco de perejil, le darán un aroma agradable y un sabor más rico.
• Otra opción es agregarlo bien desmenuzado en la sopa, cocido previamente pero no en el mismo caldo pues si lo haces así, la sopa sabrá demasiado a pescado y lo más probable es que no le guste el sabor tan fuerte.
• Si observas alguna reacción alérgica luego de darle el pescado, por más pequeña que sea, debes llevarlo inmediatamente a su pediatra.

Estimulación temprana a través de la música

La música es una excelente herramienta de estimulación temprana. Es altamente motivadora y un transmisor muy importante de afecto y emociones que mejora el desarrollo mental, sensorial, social y afectivo de tu bebé, además de su oído musical.

Las experiencias musicales en una etapa tan inicial, buscan primordialmente el desarrollo de sus habilidades sensoriales y perceptivas más rápidamente, además de las motrices. Asimismo, contribuye a superar las inevitables limitaciones de la expresión verbal, pues la música nos recuerda que las palabras no lo son todo.

Estudios científicos han demostrado que la música de Mozart tiene influencia en el comportamiento de los bebés, proporcionándoles mayor desarrollo intelectual y creativo, además de proporcionarles un ambiente de paz y tranquilidad.

Sus obras musicales han sido cuidadosamente elegidas, para que los tempos, tonalidades y textura de la música, varíen con cada selección, brindando una experiencia enriquecedora y educativa a niños de todas las edades.

Aprovecha la hora del baño, de las comidas o de cambiarle los pañales para estimular a tu bebé a través de la música. Puedes cantarle mientras llevas el compás con sus manitas o piececitos o también ponerle música clásica.
Mientras le cantas, hazle cosquillas, juega con él, así podrá practicar los movimientos, aprender a coordinarlos y a reconocerse como un ser con partes. También puedes utilizar sonidos para estimularlo. Acostúmbralo a los ruidos ambientales normales de la casa, no te esfuerces por mantener un silencio absoluto.

Háblale constantemente. Escucharte hablar no sólo crea un vínculo especial entre los dos, también lo prepara para aprender a hablar más adelante. Tu actitud hacia él también lo estimula: tus mimos y caricias, tus besos, tus palabras cariñosas. Un comportamiento amoroso alimentará su autoestima y le ayudará a entender sus emociones.
No olvides que mucho antes de aprender a comunicarse con palabras tu bebé se comunica con gestos, por lo que siempre es conveniente a cada momento demostrarle lo mucho que lo amas.

Los masajes


De manera instintiva, toda mamá sabe que acariciar, mimar, mecer, abrazar a su bebé, es una manera natural de comunicarse con él. Durante los primeros meses de vida, el bebé corrige su posición fetal estirando sus músculos y aprendiendo a controlar sus movimientos.


Brindarle un masaje al pequeño estimula su coordinación muscular y su flexibilidad, asimismo, estimula su circulación sanguínea, regula el ritmo cardíaco y la respiración, y activa su metabolismo. El masaje también ayuda al bebé a relajarse reduciendo la producción de hormonas de estrés, permitiéndole conciliar más pronto el sueño y dormir durante más tiempo y más profundamente.

• Escoge un periodo de tiempo en el cual tú y tu bebé se encuentren relajados y tranquilos, de preferencia media hora después de que el pequeño haya comido.
• Asegúrate que la temperatura del cuarto esté tibia y agradable para que no sienta frío. Desviste completamente al bebé. Si el ambiente está frío o húmedo, usa una colchita para cubrir aquellas partes de su cuerpo que no estén siendo masajeadas.
• Coloca al bebé en una superficie suave para que se sienta seguro y ambos puedan trabajar con comodidad. Ten algunas almohaditas a mano.
• Unta crema de bebé en tus manos y luego frótalas para que estén suaves y tibias al momento del masaje.

Básicamente el masaje fluye desde la cabeza hasta los dedos de los pies. Con delicadeza y suavidad trabaja con suaves toques en la cabeza, cara, mejillas, hombros, brazos, pecho, estómago y piernas. Finaliza el contacto en la parte anterior del bebé con largos y ligeros toques desde la cabeza hasta los dedos de los pies.

Mientras lo acaricias obsérvalo dulcemente y háblale. Mira a tu bebé al mismo tiempo que tus manos entran en contacto con su piel, de esta manera estimulas todos sus sentidos y se establece una comunicación más intensa, visual y táctil.

Los toques deben ser cuidadosos y amorosos, no un masaje mecánico, lo más conveniente es ser flexible y no mantener una rutina rígida en los ejercicios. Si el bebé quiere voltearse o cambiar de posición en el transcurso del masaje, déjalo, no lo obligues a mantener una posición determinada. Puedes volver a retomar estas áreas después.

Técnica
Presión a usar: cierra tus ojos y presiona tus párpados. La presión que se debe usar con el bebé no debe ser mayor a la que usas en tus párpados sin causar molestias. Luego procede a continuar los ejercicios en el bebé. En las áreas pequeñas sólo usa las yemas de los dedos. En las áreas grandes usa la parte grande de las manos (dedos y/o la palma). Cabe precisar que dar “golpecitos" es tocar suavemente la superficie de la piel, y dar "masaje" es mover suavemente los músculos debajo de la piel.

La leche de fórmula

No hay duda que la mejor alimentación que puede recibir el recién nacido es la leche materna. Además de tener todos los nutrientes que el bebé necesita para crecer sano y fuerte, le trasmite elementos inmunizantes y refuerza el vínculo afectivo con la mamá.

Amamantar al bebé es más cómodo para la madre, pues no debe levantarse de noche a preparar la fórmula, ni esterilizar biberones, y por supuesto, mucho más económico. Sin embargo, no siempre es posible hacerlo por diversas razones: condiciones de salud, deficiencias en la producción de leche, motivos laborales, etc.

Una buena alternativa son las leches de fórmula, que si bien es cierto no pueden duplicar con exactitud la composición química de la leche materna (por sus células, hormonas y anticuerpos para combatir enfermedades), contienen hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales en forma similar a la leche materna y están preparadas para suplir las necesidades nutricionales del bebé.

Se recomienda el uso de fórmulas fortificadas con hierro y alimentar al bebé con este tipo de leches hasta su primer año de vida, La leche de vaca sola no es apropiada, debido a que sus riñones no están aptos aún para tolerarla y le puede causar en el futuro la no tolerancia a las proteínas de la leche.

Tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

• Lavarse muy bien las manos antes de preparar el biberón.
• Esterilizar el biberón, chupón y utensilios para cada toma. Hervirlos durante cinco minutos.
• La fórmula siempre se prepara con agua hervida fresca, es decir, no hervirla varias veces ni dejarla reposar en un recipiente por varias horas.
• Seguir las instrucciones del tarro. Utilizar la cantidad correcta de polvo: demasiada, crea una deficiencia de líquido en el bebé y disminuida, afecta su nutrición y ganancia de peso.
• No llevarse el chupón a la boca para medir la temperatura. Verter un poco de leche sobre su antebrazo.
• Evitar guardar la cuchara medidora en el tarro de leche. Hervirla y guardarla por separado.
• Si no termina el biberón, no guarde la leche sobrante para una próxima toma. Cada preparación debe ser fresca.

Finalmente, el pediatra del bebé es quien deberá aconsejar o recomendar qué tipo de fórmula debe tomar, así como la frecuencia y la cantidad de la misma.

viernes, 11 de diciembre de 2009

El sueño y el descanso durante el posparto

El convertirse en madre representa una felicidad indescriptible para toda mujer. Sin embargo, es inevitable padecer un desgaste físico y psicológico al dedicar gran parte de su tiempo y energía al cuidado del recién nacido, atención que no le permite descansar ni dormir lo suficiente.

Con la llegada del bebé se alteran las actividades y rutinas de la mamá aumentando el trabajo orientado al cuidado del pequeño, lo que ocasiona que sus horarios de ocio y descanso prácticamente desaparezcan, a lo que se suma el proceso de recuperación posparto, además de la lactancia materna.

Es decir, son varios los factores que pueden originar en la mamá problemas para conciliar el sueño y descansar adecuadamente. Sin embargo, no hay porque estresarse ni angustiarse. Hay que adaptarse a esta nueva etapa con paciencia, dejar a un lado la ansiedad, mantener una actitud positiva y aprender ciertas medidas para tratar de reposar y mejorar los hábitos de sueño. Te brindamos algunas:

• Aprovecha los momentos en los que tu bebé duerme para descansar. La mayoría de los recién nacidos duermen entre 12 y 18 horas diarias. Aprovecha esos momentos para descansar. Si te preocupa que tu bebé pueda despertarse mientras no estás a su lado, recuéstate cerca de él. Evita ‘aprovechar’ el sueño del bebé para hacer tus cosas. Si estás bien descansada y tranquila lograrás un mejor proceso de vinculación con tu bebé.
• Organiza tu día. Si sientes que el día te queda corto, organiza tus tareas. Deja las más laboriosas para el comienzo del día que estás con más vitalidad y las más simples para el final. Cuando el cansancio te gane, posterga las actividades más pesadas para el día siguiente.
• Comparte las tareas del hogar. Recuerda que aunque quisieras no eres una “súper mamá” por lo tanto necesitas ayuda. El apoyo familiar es vital durante esta etapa, pues permite que tu pareja o algún familiar ayuden en los cuidados del bebé y en las labores propias del hogar. Por ejemplo, te puedes extraer un poco de leche durante el día para que el papá pueda darle el biberón al bebé mientras tú organizas la casa. Entre los dos acabarán más rápido con las tareas del hogar.
• Come ligero. Si a la hora de cenar eliges una dieta con un porcentaje alto en grasas te provocará pesadez y malestar a la hora de ir a dormir. Lo mejor es elegir una dieta basada en verduras, pastas y frutas, y evitar acompañar las comidas con pan.
• Un cafecito a la hora del desayuno. Una pequeña dosis de cafeína por la mañana te ayudará a mantenerte atenta y bien despierta. Recuerda que si abusas del café durante el día, por la noche tendrás dificultades para conciliar el sueño.
• Adelanta el despertador. Un método efectivo es adelantar la alarma unos 10 ó 15 minutos antes de la hora en la que debes despertarte, así aprovecharás un rato más la cama pero manteniéndote atenta al horario. Asegúrate de que el despertador vuelva a sonar, para no quedarte dormida.
• Practica ejercicios de relajación antes de dormir de forma disciplinada. Toma un baño, pon música relajante y recuéstate a leer un libro, o una revista. Organiza esta rutina cada vez que puedas y trata de cumplirla siempre en el mismo horario, así tu mente y tu cuerpo se acostumbran a este espacio de tranquilidad.
• Procura controlar las situaciones de estrés. Aprende a controlar las situaciones tensas, no permitas que te estresen. Respira profundo antes de tomar una decisión apresurada.
• Mejora tus hábitos para dormir. Descansa en una habitación cómoda, con una correcta iluminación y temperatura. Acuéstate de preferencia de medio lado con dos almohadas entre las piernas.

Una recomendación final. Si tu problema para conciliar el sueño es persistente o surgen otros síntomas como ansiedad, irritabilidad, tristeza, dolor de cabeza e inapetencia, no dejes de acudir al médico.

El hipo en el bebé recién nacido

El hipo es un síntoma muy común en el bebé, un 80% de los recién nacidos lo padecen. No debe ser motivo de preocupación ni causa de susto pues no les produce dolor ni molestia alguna. Tampoco necesita un tratamiento para eliminarlo, simplemente así como aparece, desaparece. Su frecuencia irá disminuyendo a partir de los seis meses de edad.

El hipo no es sino un pequeño espasmo repetitivo al músculo diafragmático que separa la cavidad torácica del abdomen, entonces, cuando el bebé inhala, sus cuerdas vocales se cierran produciendo ese simpático sonido “hip”.

Son varias las razones que lo producen: la inmadurez del sistema nervioso que provoca contracciones repentinas e irregulares del diafragma; una mala técnica de alimentación que permite que el aire ingrese por un lado de la boca del bebé; una succión muy rápida; por fatiga; indigestión e incluso por tener el estómago vacío.

Por lo general, en los bebés el hipo dura muy poco, por ello es que no se necesita mayor esfuerzo para eliminarlo, sin embargo, se les puede ayudar para que el proceso sea aún más corto. A continuación algunas recomendaciones:
  • Luego de darle de lactar, dejar al bebé en posición vertical para facilitarle la eliminación de aire.
  • También se puede sostener al bebé erguido contra nuestro hombro y darle palmaditas, ayuda a sacar el aire y detener el hipo.
  • Hay que asegurarse que el bebé esté succionando correctamente pues tiene más riesgo de tener hipo si traga aire mientras lacta. Si está mamando muy rápido, lo mejor es dejar de amamantarlo y que descanse un poco para luego reiniciar la lactancia.
  • Tener mucho cuidado con la mamadera, cuando no tiene el tamaño adecuado el bebé puede tragar demasiado aire. Lo mismo sucede con el chupón.
  • Flexionar las rodillas del bebé hacia arriba de tal manera que se comprima su pechito.
  • Si el hipo se presenta en el bebé con frecuencia y siempre después de alimentarlo, puede ser que esté sobrealimentado en cuyo caso hay que reducirle la cantidad de leche pero aumentar la frecuencia.
Finalmente, si el hipo es muy persistente y le provoca malestar o llanto al bebé, llevarlo a su pediatra para descartar cualquier otra complicación.