La importancia de la lactancia materna está largamente demostrada. Los especialistas coinciden en que la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida le brinda al bebé todos los nutrientes que necesita, además de fortalecer su sistema inmunológico.
Durante el primer año de vida el crecimiento del bebé es acelerado, aumenta un promedio de 8 kilos de peso y 23 cm. de talla, existiendo un gran desarrollo y formación de tejidos. La madre naturaleza es tan sabia que a la par de ese crecimiento, la leche materna también va cambiando su composición para adaptarse a las necesidades nutritivas del lactante.
Si bien es cierto la leche materna no contiene mucho hierro, tiene la cantidad exacta que el recién nacido necesita, además contiene lactoalbúmina, proteína con un elevado porcentaje de aminoácidos que permiten que la leche sea de fácil digestión.
Ventajas nutritivas:
- El hierro se absorbe casi en su totalidad (menos anemia).
- Tiene 3.6 veces menor cantidad de sodio que la leche de vaca (menos posibilidad de deshidratación, menos hipertensión).
- La lactosa ayuda a prevenir el raquitismo y en la absorción de calcio y el desarrollo del cerebro.
- Su composición se adapta a las necesidades de la edad (es distinta para un bebé de término que para un prematuro).
- Se digiere mejor y más rápido debido a que tiene enzimas digestivas: lipasa y lactasa, entre otras.
- Tiene grasas y proteínas de mejor calidad (sobre todo para el desarrollo del cerebro).
La OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda que los recién nacidos sean alimentados con leche materna de manera exclusiva durante los primeros seis meses de vida, y luego a partir de esa edad se deben incorporar otros alimentos adecuados para cada etapa.
Si bien es cierto la lactancia es la base de la correcta alimentación del recién nacido, cuando ésta no es posible por diferentes factores, se debe recurrir a las leches maternizadas de fórmula, las cuales están elaboradas siguiendo el patrón de la leche materna.
Si bien es cierto la lactancia es la base de la correcta alimentación del recién nacido, cuando ésta no es posible por diferentes factores, se debe recurrir a las leches maternizadas de fórmula, las cuales están elaboradas siguiendo el patrón de la leche materna.
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